Intervención 1: Crisis de la Economía de Cuidados
Intervención 1: Crisis de la Economía de Cuidados
Hip: En la primera mesa redonda sobre una 'Visión para un Nuevo Orden Económico Internacional', que pretende ser una discusión programática de las ideas, políticas y propuestas que componen el nuevo NOEI.
En el marco de un debate en miras a la renovación del Nuevo Orden Económico internacional, resulta indispensable revisar el cruce entre izquierda y feminismo en clave contemporánea. Sé que puede ser una conversación complicada o que tocaré un tema sensible, pero es innegable que en todo el mundo, la relación entre ambos ha sido una de encuentros y desencuentros, aunque también fructífera.
Creo indispensable que como izquierdas, en instancias cómo estás, seamos profundamente autocríticos, y quiero decirles, en voz de las mujeres, que nos hemos fallado: Nos hemos preocupado especialmente de la opresión de la clase trabajadora por la burguesía, pero no hemos puesto en el centro de la discusión política la erradicación de la opresión de los hombres por sobre las mujeres. Y tampoco, el cómo el capitalismo, en una alianza criminal con el patriarcado, ha cargado sobre las mujeres parte importante de la actividad económica, disfrazándola de amor cuando realmente es trabajo no pago.
Erradamente, dentro de nuestras mismas orgánicas, y por ya demasiados años, la demanda por la igualdad entre hombres y mujeres ha sido relegada a una lucha secundaria a otra principal, sin caer en cuenta de que justamente el feminismo engloba la igualdad para todos y todas, y apunta a una sociedad libre de toda desigualdad.
Compañeros, compañeras, no podemos sentarnos a debatir sobre el Nuevo orden Económico Internacional, sin que feminismo e izquierda se abracen en este camino. El feminismo sin izquierda es un panfleto deslavado sobre cómo lograr una mejor posición social para las mujeres y la izquierda sin feminismo hace oídos sordos de otras explotaciones invisibilizadas.
La división sexual del trabajo ha relegado históricamente las labores reproductivas y de cuidado a las mujeres y las de productividad económica a los hombres. Sólo es en el ámbito privado en donde a la mujer se le ha permitido desarrollarse, siempre desde la supervisión masculina, dejando a las mujeres expuestas a la violencia económica, psicológica y emocional, como si hacer el aseo, cuidar de personas dependientes, y llevar el hogar, fuera una condición intrínseca a la de ser mujer.
El Teletrabajo y la pandemia producto del COVID 19 descubrieron un velo que intentaba invisibilizar una realidad latente, denunciada ya hace tiempo por las agrupaciones feministas y que constituye los cimientos de la economía tradicional sobre la que se sostiene tanto el desarrollo económico de Chile, como de Latinoamérica y del Mundo: La economía de los cuidados.
La economía mundial descansa sobre los hombros de las mujeres. Aportamos de manera tan significativa a la sociedad y especialmente a la economía que, por ejemplo, en Chile ha llegado a estimarse que el aporte económico de los cuidados equivale al 22% del PIB ampliado nacional, cifra que supera ampliamente la contribución de cualquier otra rama de la actividad económica. Más que la agricultura, más que la minería. ¿Por qué, entonces, a pesar del aporte indudablemente significativo que realizan a sus familias, a la sociedad y al desarrollo económico, continúan en el desamparo y abandono institucional, con muy poco reconocimiento y en general, sin ninguna valorización?. La economía, compañeros, compañeras, no es neutral al género y aquí tenemos un ejemplo nítido.
Por eso, no podemos dejar fuera la perspectiva de género en este análisis. No podemos sentarnos a debatir sobre el Nuevo Orden Económico sin relevar la urgencia de valorizar, contabilizar en el PIB ampliado y reconocer el aporte de las labores de cuidado, pero especialmente de dar un paso más allá e incorporarlas como una verdadera rama productiva más de la economía, que debe ser colectivizada y remunerada. Debemos empezar a comprender que si nosotras paramos, la economía se detiene y que nada más puede funcionar sin los cuidados.
Y bueno, cómo hacemos esto en términos prácticos, les cuento en la siguiente mesa redonda.