#HastaSiempreComandante: Santiago de #Cuba es una lágrima
Por Rosa Miriam Elizalde y Ladyrene Pérez
Queridos lectores, vamos a contarle lo que ocurre en Santiago de Cuba este 3 de diciembre que difícilmente esta ciudad olvidará. Lo haremos a través de pequeñas viñetas rápidas, relámpagos de lo que estamos viviendo aquí. No queremos dejar para el final del día nuestras impresiones, como dictaría la academia periodística, porque están pasando por delante de nosotras los sucesos que fijan las fechas en los libros de Historia.
Hay días tremendos que llegan sin anunciarse, como el 26 de julio de 1953 -ataque al Cuartel Moncada– o el 30 de noviembre de 1958 -el alzamiento-, pero este quedará, lo sabemos, se respira en el ambiente y casi se puede tocar. Fidel llega a Santiago, para siempre, y si necesitáramos una sola palabra para describir lo que ocurre podría hablarse de silencio. No uno cualquiera, sino el silencio único de una gruesa lágrima que se derrama como una perla, plena, desprendida, sencilla y natural como la de una gota de agua solitaria que cae. Eso ahora mismo Santiago es una lágrima, y ese silencio es tan hermoso como todos los demás sonidos que en esta ciudad se mezclaron antes y los que, probablemente, vengan después.
Magia
Esta ciudad es mágica. Desde el ómnibus hacia la Sala de Prensa en el Hotel Las Américas vemos familias con sus niños y sus ancianos caminando hacia las calles por donde pasará la Caravana con las cenizas de Fidel, cuya procesión acaba de salir de Bayamo. Otros van en diversas direcciones, quizás a buscar el pan o a encontrarse con un vecino. Hacen ejercicio matutino, pasean al perro. La rutina cotidiana. Solo que no es un día normal y mucha gente lleva el brazalete rojo y negro del Movimiento 26 de Julio, que no está a la venta en ninguna parte y que llama la atención, además, porque cada uno es diferente. Hay quien tiene dos tiritas anudadas en el brazo. Una mujer pasa delante de nosotros con uno primorosamente bordado y cuyas letras M-26-7 parecen trazadas por un artista de la alta costura. Aquel lo cosió como pudo y no tiene las siglas. El de más allá le dibujó con un plumón las letras. Diría que cada brazo tiene identidad, ciudadanía. (Pensando Américas-Cubadebate)