Este es el momento cumbre de Latinoamérica y el Caribe

Abr 06, 2015

“Es un momento cumbre e histórico para Panamá; tenemos la responsabilidad y la oportunidad de servir de puente, de promover el diálogo y la unidad entre las Américas”, así lo afirmó la vicepresidenta y canciller Isabel De Saint Malo de Alvarado.

¿Será la calma que presagia días de tormentas? La ciudad descansa en medio de la canícula, los autos apenas son protagonistas, cuando sabemos que este lunes colmarán las calles y harán difícil una rápida circulación, pero en este fin de semana el recogimiento fue lo habitual para la mayor parte de los panameños, que acompañaron procesiones y ceremonias religiosas de su santa semana.

Parecería que nada sucede; sin embargo, van llegando visitantes con un interés determinado, y no son los clásicos turistas que visitan el istmo atraídos por paisajes, historia canalera y la hospitalidad de los tres millones y medio de panameños. A estos otros huéspedes no se les ve aún, porque los sitios donde se reunirán están cerrados y en algún que otro, incluso en el Centro de Con­ven­cio­nes ATLAPAN, latas de pintura y pu­lidoras se hacen presentes tras las cintas amarillas que rodean y resguardan el escenario principal de la VII Cumbre de las Américas, tan so­ñada por los anfitriones como el espacio de paz y “reconciliación” del vecino poderoso con el resto del he­misferio.

“Es un momento cumbre e histórico para Panamá; tenemos la responsabilidad y la oportunidad de servir de puente, de promover el diálogo y la unidad entre las Américas”, dijo la vicepresidenta y canciller Isabel De Saint Malo de Alvarado, durante el recorrido que realizó por la instalación que acogerá a los Jefes de Es­tado o de Gobierno de los 35 países del continente los días 10 y 11 de abril.

Según calcula la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá que ve la Cumbre desde la oportunidad para sus economías—, esperan unas 12 000 personas, incluidos periodistas, para el en­cuentro que comienza con los cua­tro foros paralelos, destinados, de acuer­do con lo planificado por los organizadores, a llevarle recomendaciones con­­­­­­sensuadas a los mandatarios. Pe­ro nadie es capaz de predecir exactamente lo que pueda acontecer en esos espacios donde también estarán presentes miradas diferentes so­bre y desde la sociedad civil o acerca del papel y los intereses de la ju­ventud.

Es que tanto las más altas autoridades del país como el taxista que nos lleva desde la última estación del pulcro y eficiente metro casi recién inaugurado, hasta el Hotel Plaza Paitilla, donde estará hospedada una parte de la significativa delegación cubana a los Foros paralelos, reconocen que la presencia de Cuba es el “acontecimiento”, el hecho relevante e inédito que les permite decir que esta es “una Cumbre que promete historia”. A esa misma conjetura lle­go, pero no con argumentos similares. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos en la semana que ya comienza y promete mucho movimiento.

“Este es tu momento Cumbre”, se anuncia en el intento de involucrar a los tres millones y medio de panameños; aunque las quejas y denuncias de exclusión de sectores progresistas o de izquierda, de jóvenes, estudiantes, sindicalistas, indígenas o  femeninos, por citar algunos, estuvieron matizados por la manipulación o la selección elitista en la aceptación o no de las solicitudes locales y se presupone que también desde otros lares, probablemente con la intención de que no afloren verdades de este continente y de las relaciones que evitan la igualdad, la reciprocidad y el respeto a la soberanía.

En su discurso ante la Celac, el Presidente Raúl Castro advertía: “Espero poder ver en Panamá a los mo­vimientos populares y las Or­ga­ni­zaciones No Gubernamentales que abogan por el desarme nuclear, am­bientalistas, contra el neoliberalismo, los Occupy Wall Street y los In­dignados de esta región, los estudiantes universitarios y secundarios, los campesinos, los sindicatos, las comunidades originarias, las organizaciones que se oponen a la contaminación de los esquistos, las de­fensoras de los derechos de los in­migrantes, las que denuncian la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la brutalidad policial, las prác­ticas racistas, las que reclaman para las mujeres salario igual por trabajo igual, las que exigen reparación por los daños a las compañías transnacionales”.

“La mejor vista de la bahía”, así sigue anunciándose el Hotel Paitilla, aunque el crecimiento sospechosamente veloz de la urbe ha dejado  “chiquito” al que fue en algún mo­mento el edificio de mayor altura de la urbe. Para este encuentro de contrarios, en una de las cuatro esquinas de los alrededores del ATLAPAN  torres de comunicación y los enormes platos de las antenas satelitales crecen junto a camiones repletos de técnicas de las grandes cadenas de televisión que ya dan sus visiones de lo que acontecerá aquí.

Sin mucha técnica, pero sintonizados con la postura de la América Nuestra, los profesionales cubanos del periodismo y las telecomunicaciones también estamos prestos pa­ra llevar la verdad de los pueblos, que también quieren y tienen derecho a tener “la mejor vista”.

El 7 de abril estaremos dando cobertura a la conferencia de prensa de la delegación cubana, donde ya se anuncia que hará una declaración de principios sobre su participación. Ya les digo, es cosa de tener la mejor vista.

Tomado de Granma