Estados Unidos privatiza la Luna en plena pandemia de Covid-19

“No la vemos como un bien común”, ha dicho el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha firmado una orden ejecutiva en plena crisis del coronavirus para explotar los recursos del espacio exterior, con lo cual niega el espíritu del Tratado de la Luna, pacto firmado en 1979.
Según reportan agencias internacionales citadas este miércoles por el periódico la Voz de Galicia, en plena crisis del coronavirus y con la población confinada en sus hogares, el mandatario de los Estados Unidos ha aprovechado para firmar una orden ejecutiva que representa un paso para la privatización del espacio exterior. “Donald Trump ha vuelto a hacer gala de su pésimo interés en los grandes consensos globales. Y lo ha hecho en el peor momento posible”, apuntó el diario.
Cuando llegó a la Casa Blanca una de sus primeras decisiones fue abandonar el Acuerdo de París, que rige la política climática internacionalmente. Ahora quiere borrar el pacto que data de 1979 que transfiere jurisdicción de todos los cuerpos celestes a la comunidad mundial, sujeta a la carta de Naciones Unidas y al Derecho internacional.
Trump justifica esta medida por “la incertidumbre con respecto al derecho a recuperar y usar los recursos espaciales… El espacio exterior es un dominio legal y físicamente único de la actividad humana, y Estados Unidos no lo ve como un bien común global”, señala el documento emitido por la Casa Blanca.
Se sabe que el espacio exterior representa una fuente inagotable de recursos. En los asteroides se pueden encontrar materiales que escasean en la Tierra como el paladio, el platino o el litio, utilizados en la fabricación de los dispositivos móviles y cuya cotización está claramente en alza. También está la cuestión del helio 3. En la Luna hay grandes cantidades de este isótopo que puede ayudar a crear la fusión nuclear estable, solución para el problema energético del mundo.
Por su parte, la agencia espacial rusa Roscosmos, criticó con dureza esta medida del gobierno de Estados Unidos, que califica de “intento de expropiar el espacio”. El vicedirector general de Roscosmos, Serguéi Savéliev, en una nota publicada en la página web de la agencia, apuntó que los intentos de expropiar el espacio cósmico y los planes agresivos de apropiarse de los territorios de otros planetas difícilmente puede alentar a los países a la cooperación en materia espacial.
Lo cierto es que ni en la Tierra ni en el Cielo, Trump se acerca a una decisión cuerda, tranquilizante para el mundo. Todo lo contrario, ni en tiempos de pandemia, que lo caotiza todo en primer lugar en su país, deja de actuar como un lunático con alma de colonizador. ¿Será por eso que también quiere manejar ese cuerpo celeste como si fuera uno de sus gigantescos edificios? ¿O se creerá que es Moon, el minero espacial protagonista de la película de ciencia-ficción, deseoso de controlar el nuevo mineral que moverá el universo futuro?