Es un momento de unidad y de ir a la historia

Ene 11, 2017

Entrevista  a Germán Sánchez Otero, escritor, miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en el marco del XII Taller Internacional de Paradigmas Emancipatorios que sesiona en La Habana.

La experiencia venezolana de la Revolución Bolivariana tiene en estos momentos un  potencial de lecciones, que va a depender sobre todo de que los actores actuales seamos capaces de apropiarnos de esa historia, que entronca así mismo la historia del conjunto de lo que ocurre en América Latina y de los tiempos de la independencia.

La primera lección, pienso yo, que es muy importante rescatar de los aportes que hace Hugo Chávez y el pueblo bolivariano a lo que sucede en el continente en el siglo XXI, es la capacidad creativa que tuvo Chávez para ir a las fuentes nutricias de la historia venezolana y de ahí proyectarse hacia el conjunto de nuestra América.

Chávez fue, pienso yo, la personalidad más conmutada, probablemente del siglo XX a buscar en esas fuentes nutricias esas fuerzas, ideas, motivaciones, sentimientos, valores, para ponerlos en función de la nueva independencia latinoamericana. El hecho de que Fidel Castro haya atacado el Cuartel Moncada invocando a José Martí, y Chávez invocando a Simón Bolívar el 4 de febrero del 1992, evidencia  de una reiteración aún mayor. Esta explicación está dada porque Martí estaba más presente en esa época en Cuba, al haber transcurrido alrededor de 60 años entre el momento en que muere en 1995, en el siglo XIX, y el surgimiento de la generación del centenario y del Asalto al Cuartel Moncada. Mientras que en el caso  de Venezuela, la distancia histórica, temporal, entre los independistas de la época de Bolívar y el inicio de la nueva etapa de independencia que encarna a Chávez pasa por más de 180 años.

En esos 180 años se desdibujó completamente la figura de Bolívar, realmente lo convirtieron en alguien a quien había que hacer referencia, pero sin una sustancia real para las nuevas generaciones, entonces Chávez tuvo que hacer un esfuerzo pedagógico  por encima de lo normal  para poder rescatar a Bolívar.

En conclusión: el primer aporte que nos hace esa Revolución Bolivariana y Chávez como artífice de ella, es la necesidad que tenemos hoy nosotros  de volver a esas raíces históricas  para enfrentar estas nuevas circunstancias de  la ofensiva imperial de la oligarquía latinoamericana; de volver a esas raíces históricas y retomarlas, no para evocarlas en función de admirarlas o engrandecerlas, porque son grandes por sí mismas, sino para sacarles provecho práctico que es lo más importante que nos ha dejado la Revolución Bolivariana y Fidel en el caso de Cuba.

Se trata de encontrar en esas personas de hace doscientos años y que fueron fundadores de nuestras Patrias, una referencia que tenga que ver con el día a día nuestro y las soluciones que debemos encontrar indudablemente. Una de ellas es la unidad, si fracasaron esos procesos fue por la falta de unidad; otra es la lealtad, si fracasó Bolívar fue, entre otras cosas,  por la falta de lealtad  de hombres que no resistieron, que lo abandonaron, le dieron la espalda, que al final hasta intentaron asesinarlo. A todo lo anterior hay que buscarle las enseñanzas  históricas y extraer de ellas el sentido de la actualidad que tienen.

En estos momentos la solidaridad es más imprescindible que nunca. La luchadora social hondureña Berta Cáceres dijo algo que  escuché aquí, que me conmovió mucho, cuando ella hablaba de las circunstancias en que estaba Honduras durante el período de la dictadura del golpe militar de hace unos años, de lo que significaba para ese pueblo la solidaridad, sentir la solidaridad. Yo creo que en un momento como este, y en actividades como esta  que estamos haciendo aquí. Lla solidaridad es clave para movilizar sentimientos, y para movilizar ideas. Lo uno y lo otro deben ir siempre muy juntos, como el corazón y la cabeza, o sea tienen que estar en el mismo cuerpo y tienen que   funcionar de manera muy articulada.

Es un momento de unidad, es un momento de ir a la historia, es un momento de mucha más solidaridad y es un momento de un esfuerzo para encontrar soluciones prácticas entre todos, de mucha creatividad y de aunar fuerzas en un momento en que tenemos mucha fuerza y nosotros mismos no  sabemos incluso la magnitud de esa fuerza. En ese proceso de acercamiento de intercambio, de unidad y de fusión, vamos a descubrir entre otras cosas, el tesón y cuanta capacidad tenemos para enfrentar esta adversidad que se ha ido presentando en la Patria Grande los últimos dos o tres años y salir aún más fortalecidos que nunca. (Pensando Américas)