El Cuarenta y Dos

Mar 22, 2016

21 de marzo, 2016 

Por Miguel Torres

¿Qué es el número 42? Se trata de la identificación que llevaba en su uniforme Jackie Robinson, el primer pelotero negro en la historia del béisbol de Grandes Ligas en Estados Unidos, de donde surge una película dramática, deportiva y biográfica de 2013 escrita y dirigida por Brian Helgeland sobre la vida del jugador de béisbol Jackie Robinson.

El Béisbol es un deporte creado en los Estados Unidos en el siglo XIX. Durante décadas fue perfeccionando sus reglas, y a principios del siglo XX era sin dudas el deporte nacional de ese país. Peloteros tan extraordinarios como Ty Cobb y Babe Ruth, devinieron héroes nacionales, al mismo tiempo el capital y los hombres de negocios se fueron apoderando del pasatiempo. El Béisbol pasaba a una nueva fase. Ya no eran grupos de muchachos que con guantes, pelotas y bates más de las veces improvisados, se entretenían con este juego. Se crearon las Ligas Mayores de Béisbol, y Sucursales en las llamadas Ligas Menores.

Mientras avanzaba el fanatismo del Béisbol, se construían nuevos estadios, se pagaban salarios cada vez más altos, los peloteros negros (llamados “colored”), no podían jugar en estas ligas profesionales, la discriminación racial implacable quizás enmascaraba el temor a la calidad de los peloteros “colored”, quienes formaron ligas propias en todos los Estados Unidos. Por supuesto, ganaban mucho menos y eran segregados y hasta perseguidos.

Los ya desaparecidos narradores cubanos: Héctor Rodríguez y Eddy Martin, recordaban en ocasiones la existencias de estas Ligas en las cuales se decía que un cubano: Martín Dihigo se convirtió en el jugador más grande de su época, pero como “colored”, sus records personales no figuran en lo que pudiéramos decir el gran espectáculo del Béisbol.

Hubo un incidente en que un ómnibus con un equipo de Kansas City en el cual figuraba Jackie Robinson, al que le impidieron entrar a albergarse y comer en una ciudad norteamericana. Esto sucedía en 1945, y se cuenta que un Scoutt sagaz, Branch Rickley, aprovechó la ocasión y contrató a Jackie Robinson, quien debió pasar un año en las Ligas Menores en Montreal, Canadá, donde el racismo no era feroz.
Al siguiente año Jackie Robinson vistió por primera vez un uniforme de las Grandes Ligas, para permanecer y vencer el racismo tendría que jugar la mejor pelota del mundo, soportar todo tipo de insultos y vejaciones.

La segunda base se sitúa a pocos metros del público, desde allí Robinson tenía que oír con toda claridad gritos de “negro mono” y otros que no es posible repetir aquí. Al mismo tiempo lanzaban objetos al terreno, incluyendo sillas. Los juegos debían ser detenidos continuamente, era una pesadilla para los árbitros, pero ahí estaba el pelotero esperando que continuara el juego.

Y ahora, ¡asómbrense!, los propios jugadores de los Dogers de Brooklyn, sus compañeros de equipo hicieron un documento donde se negaban a jugar con él. ¿Cómo se puede jugar Beisbol, un deporte colectivo si te sientes despreciado no solo por el público racista sino también por los miembros del equipo?

Un jugador emblemático: Pee Wee Reese hizo que tuvieran que jugar pelota con Jackie, el número 42. Entre broncas, insultos, campañas, Jackie Robinson seguía jugando pelota como la mejor segunda base del mundo.

El propio Robinson se encargó de darle punto final a estas campañas, su equipo jugaba en la serie mundial contra los Cardinals de Saint Louis. En un encuentro decisivo el pitcher contrario le lanzó con evidente premeditación un veloz lanzamiento a la cabeza, previamente había sido cortado con los Spakies en una jugada sucia. Pero lo tocó el turno a él y dio un batazo de jonrón que dejó al campo a sus rivales ¿Quién podría discutir ahora la permanencia de Jackie Robinson, el 42?

La película que comentamos: El 42, se filmó en 2013, es una película decente, pero esto no quita el hecho de los obstáculos que les interpusieron a dos grandes cineastas negros para hacer el filme: Spike Lee y Denzel Washington, huele a algo de racismo que no se pudiera hacer una película propuesta y dirigida por ellos, y sí la otra. Racismo aparte, el resultado es lamentable porque el filme que planeaban estos cineastas habría sido inmensamente superior. ¿Podrían imaginar a Denzel Washington vistiendo el número 42?

Hoy en día el racismo no tiene cabida en el Béisbol profesional, pero sigue siendo un negocio relativamente cerrado. Ahora veremos un equipo de Grandes Ligas que y jugará un partido de demostración con una selección cubana. No pienso perdérmelo por nada del mundo. Como es tradicional termino diciendo: “que gane el mejor: ¡Play Ball!”.

(De Cubadebate)