El #Che sigue encarnando la lucha de los que buscan un futuro mejor

Oct 08, 2017

Entrevista Exclusiva de Pensando Américas a cantautor cubano Gerardo Alfonso en Vallegrande, Bolivia
 
P.A-¿Qué motivó a Gerardo Alfonso escribir “Son los sueños todavía”?

En el año 1996, la Unión de Jóvenes Comunistas me pidió que hiciera una canción para el 30 aniversario de la desaparición física del Che. Fue una revelación que me hicieran esa solicitud pues yo tenía muy  cercano, muy activo los sentimientos de admiración, de respeto, de cariño por la figura del Che, y entonces me di a la tarea de escribir esa canción. Pero la canción más bien, lo he dicho en otras entrevistas, es una canción que hice en ese mes, en ese año 96, pero es una canción que vine concibiendo desde que soy niño porque yo tengo una relación, como te decía, muy estrecha con el Che, con el ejemplo que emana. Darme cuenta que habían pasado 30 años de su desaparición física en aquel momento, y darme cuenta que la juventud mundial lo reclamaba como una bandera, como un símbolo fue también mi motivación.

P.A-¿Cuán importante cree que sea que en estos tiempos de tempestades que los sueños sigan tirando de los pueblos de nuestra América?

Yo creo que es imprescindible. Todas las actividades que el hombre realiza, todas las prácticas, todo lo que concreta física y materialmente es proyectado desde los sueños. Los sueños son como la brújula por donde tú te guías a un objetivo. Eso es en el sentido literal, pero en sentido metafórico son todas las ilusiones, la voluntad, todo el anhelo, la esperanza que las personas tienen, que los seres humanos tienen para el mejoramiento de la época y de la sociedad. Estamos en momentos muy convulsos de lucha entre derecha e izquierda, de regreso del neoliberalismo, de montones de peligros que atentan contra la supervivencia de la especie humana, y no es exagerado decirlo, en el continente. La lucha de los pueblos, los conflictos entre las derechas y las izquierdas, la desconfianza de las personas en un mundo que se avecina, necesita de los sueños, de la empatía onírica para llegar a proponerse un camino que sea lo suficientemente agradable para los seres humanos y que todos perseguimos.

P.A- ¿Qué significa para usted estar acá en Vallegrande a 50 años de la caída del Che?

Es un honor enorme, yo nunca había estado en Bolivia y coincidir con el 50 aniversario de su desaparición física para mi es una conmoción tremenda porque estoy mirando el entorno donde él desarrolló las batallas. No diría su batalla final, pues lo mataron el 9 de octubre de 1967, pero él siguió avanzando, siguió caminando, siguió trascendiendo, siguió encarnando la lucha de los humildes, de los pueblos, de la gente que busca un futuro mejor. Estar aquí físicamente y visitar los lugares donde él estuvo; tratando de interpretar, de descifrar la misma realidad es algo que para mí tiene mucho valor.  (Pensando Américas)