Sus palabras, acciones y pensamiento calan en lo más profundo del corazón de cualquier ser humano que ame la paz como él.
La dimensión del humanismo de Fidel Castro es infinita, pero tiene su base en la batalla que ha mantenido durante toda su vida por la salvación de la Tierra ante los graves peligros que la amenazan, no solo a ella, sino también al hombre como especie.
En fecha tan temprana como el 19 de marzo de 1962 la desaparecida Unión Soviética le entregó el premio Lenin de la Paz.