Por Ana Hernández

La noticia corrió como pólvora: "Varias naciones se retiran del recinto en la Asamblea General de la ONU, cuando el presidente de Brasil tomó la palabra", por supuesto que las tendenciosas  posiciones de la llamada “Gran Prensa” se pusieron a la orden del golpista, que junto a unos 60 senadores en el Gigante Suramericano, echaron por tierra el voto de más de  54 millones  de brasileños y romper de esa manera la expresión democrática.

Mi aplauso por su DIGNIDAD para el presidente de Costa Rica y los integrantes de su delegación, por ser los  primeros en abandonar el salón, acción que también realizaron países como, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Cuba, al tomar la palabra el golpista brasileño.

Y es digna esa actitud, porque todos ellos,   representan naciones integrantes y firmantes de una Proclama aprobada en La Habana en el año 2014, cuando la Cumbre de la CELAC, como zona de PAZ, y un golpe como el perpetrado en Brasil contra la constitucionalidad y contra la verdadera presidenta, es un acto de violencia, de ruptura, de desestabilización y de irrespeto al apreciado y cercano pueblo brasileño, aunque ahora esos mismos "Grandes Medios" lo quieran dibujar como apegado a la Constitución de ese país.

Y es digna la actitud asumida por naciones que se negaron a escuchar al golpista brasileño, porque todos esos representantes lo primero que respetan es a sus pueblos, aunque haya algunos “Grandes Medios “que la califiquen de: “exabrupto y una mancha en la historia diplomática costarricense y del resto de las naciones"., Lo que no he logrado leer en ninguno de esos "Buena Tinta" son sus consideraciones veraces por el golpe contra Dilma Rousseff y con los maquiavélicos infundios que ahora vierten sobre Luiz Inacio Lula Da Silva.

Y es digna esa actitud, porque son naciones respetuosas de una posición común por la paz, el equilibrio, la democracia y el respeto.

Y es digna esa actitud, porque es UNIDAD, y denuncia ante las crecientes amenazas de los Golpes en Latinoamérica, golpes que tienen un guión muy bien estructurados desde los Estados Unidos, con el único fin de derrocar a todos aquellos gobiernos progresistas en la región y que entre sus principales metas tengan los ojos puestos para los pobres de la tierra.

Esa actitud la aplaudo y le doy mis bendiciones, al mismo tiempo que califico como de AMORAL las palabras del no menos cuello blanco de Argentina, Mauricio Macri, cuando en su intervención habló de Derechos Humanos, de democracia, de igualdad, mientras los despidos laborales cada día son crecientes, en la tierra natal del Che, como consecuencias de los ajustes sociales que traen consigo la aplicación del Neoliberalismo.

Los que me conocen bien, saben que estas escasas líneas llevan, primero que todo, mi sentir y mi sincero respeto para los brasileños, y  los argentinos, pues son las mayores victimas de estas arremetidas.

Y créanme sinceramente, también me hubiera parado porque no treguo con golpistas, y mucho menos con imperialistas. (Pensando Américas-Blog de la autora)