Covid-19 acentuará desigualdad y pobreza en Latinoamérica y el Caribe

Mayo 07, 2020

La Habana, 7 mayo. El escenario que la Covid-19 deja en América Latina y el Caribe no puede ser hoy más retador para una zona considerada como la más desigual del mundo y con cerca de 190 millones de pobres.

El territorio latinoamericano, ya bien golpeado con cifras muy dolorosas al registrar cerca de 250 mil casos confirmados como positivos de la Covid-19 y más de 14 mil decesos, tiene delante de sí un futuro muy adverso.

Si bien no hay un criterio unánime en relación al costo económico y social de la pandemia, todos los expertos aseguran que se avecinan tiempos tremendamente difíciles para esta parte continental.

Ningun sector escapa a las perturbaciones del virus que, con efectos de tsunami, daña en mayor o en menor medida todos aquellos rubros y financiamientos de los que dependen diversos países tales como el precio de las materias primas, el comercio, el turismo, la inversión extranjera, las remesas y un larguísimo etcétera.

Según el Banco Mundial, por ejemplo, las remesas se desplomarán en un 20 por ciento durante este año por lo que se dejarán de percibir más de 18 mil millones de dólares.

Este resulta un augurio fatal en sitios como El Salvador en el que el envío de dinero procedente del exterior supera el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del Banco Central de Reserva de ese estado, u Honduras, donde las remesas representan alrededor de un quinto del PIB.

La actividad turística, cuyo futuro inmediato es aún muy incierto debido a la fragilidad de las aerolíneas, la contracción económica de millones de personas en todo el mundo y el miedo al contagio, es otra de las industrias que poco contribuirá al crecimiento de la región.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, para el cierre de este año, se prevé que los ingresos por turismo se reduzcan alrededor del 30 por ciento en la región, lo que equivale a un 2,3 por ciento del PIB, según uno de los mejores de los escenarios plasmados en el informe.

“Los países con las mayores revisiones a la baja serían aquellos donde el turismo tiene más peso en la economía, como son Belice y República Dominicana”, consta en el estudio.

A esto se suma, reseña el informe, los efectos que tendría el choque negativo al turismo en la agricultura, la manufactura, la construcción y los servicios, puesto que este sector adquiere un por ciento elevado de sus insumos de proveedores locales.

Por su parte, tampoco lo tienen fácil aquellas naciones cuyos ingresos dependen de la venta de materias primas.

Con el descenso en el precio de los metales y el petróleo, por ejemplo, se resienten varias economías, entre ellas las de Venezuela, Chile, Perú, México, Ecuador y Brasil.

Ocurrió una diversificación muy pequeña de la actividad económica en muchos países en desarrollo durante la última década, con mayor dependencia de los productos básicos y una mayor exposición a nuevas perturbaciones, consideró en un informe la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

Solo en el primer trimestre del año, a tasas interanuales, los precios de la mayoría de materias primas cayeron sensiblemente dentro de los que descuellan la energía (55 por ciento), platino (24),  algodón (22), cobre (21), níquel (20), zinc (19) y azúcar (15), entre otros.

La inversión extranjera directa (IED), uno de los pilares fundamentales de financiamiento en el área, también muestra un panorama preocupante pues la Unctad estima caídas entre un 30 y un 40 por ciento durante 2020-2021.

También, la Comisión Económica y Social para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió recientemente que las exportaciones regionales caerían alrededor del 15 por ciento este año.

Además, aclaró su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, se generarían casi 12 millones más de desempleados en la región, sobre una masa laboral que tiene un 53 por ciento de informalidad lo que conducirá a un incremento de 30 millones de personas en situación de pobreza.

No por gusto, frente al poco alentador panorama, la Cepal afirmó que la región no tiene otra opción estratégica que avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible a través de una mayor integración para mitigar los efectos de la pandemia.

La recomendación, no obstante, podría ser igualmente útil para futuros desafíos.

(Tomado de Prensa Latina)