Con su independencia, Venezuela nació a la dignidad
Con su independencia, Venezuela nació a la dignidad
En el aniversario 213 de la firma del Acta de Independencia de Venezuela, el presidente del Centro de Estudios Simón Bolívar, Alejandro López, conversó con la prensa cubana.
Caracas, Venezuela. –En 1811, riquezas bañadas en sangre indígena, criolla y africana eran los tesoros que España pretendía en esta tierra del sur de nuestro continente.
Un año atrás, el pueblo venezolano había despertado del cruento letargo que por tres siglos lo sometía a la esclavitud. Fue el momento en el que nacieron «a la dignidad». Así constó en el Acta de Independencia que el 5 de julio de 1811 firmaron representantes de las provincias de Caracas, Cumaná, Barinas, Barcelona, Margarita, Mérida y Trujillo.
Una vez restituido «el deseo de vivir y morir libres», proclamaron ante el mundo su independencia del dominio español. Reunidos en Congreso rompieron definitivamente el vínculo colonial, y arreciaron la lucha con la aspiración de ser dueños de su destino.
No se concebían ya «como un anexo, como hijos bastardos de Europa, ni como el resultado de un mestizaje casi mágico», sino como un país empeñado en crear «una sociedad auténtica, con características y recursos propios, y sobre todo, con una gran voluntad de tener un espacio de paz, solidaridad y de construcción de la lógica mundial».
De esa manera lo reconoce el presidente del Centro de Estudios Simón Bolívar, Alejandro López, que tuvo a bien conversar con la prensa cubana, al celebrarse el aniversario 213 de esta fecha libertaria.
El trascendental suceso «marcó nuestro nacimiento como nación, con principios propios de constitución, sin ningún tipo de dependencia política y militar. Es en sí un referente de modos de vida, de relación social, de conducción distinta a los modos europeos.
«Desde 1811 en adelante, la lucha del pueblo venezolano por la libertad, la soberanía, la autodeterminación, es una lucha que no se detiene. Fue traicionada con la muerte de El Libertador, y la recuperó el Comandante Chávez, con su victoria en 1998». El proceso se sintetiza, insiste, «en la Constitución que votamos en 1999».
«La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente, y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar», ratifica la Carta Magna.
Sobre el coraje de los venezolanos al levantarse en armas y declararse autónomos, remarcó Alejandro López que «fue el momento en el cual creamos una gesta que acompañó a los otros pueblos americanos». «La América volvió a existir de nuevo, desde que pudo y debió tomar a su cargo su suerte y conservación», reconoció entonces el Acta.
La osadía de la Patria bolivariana no solo quedó en ejemplo, sino que, además, fue punto de apoyo. «La independencia que se declaró en 1811 se convirtió luego en una constitución, en la cual uno de sus artículos señala la disposición del pueblo venezolano de prestar su solidaridad y apoyo a cualquier otro pueblo que luche por ser libre. Ahí hay un acento de la geopolítica de la liberación que nos caracteriza. Es un acento continental, de unión».
La vida es un ciclo, la historia se reescribe una y otra vez, el batallar de los pueblos es un proceso incompatible con la serenidad. De ahí que el estudioso afirmase que el 5 de julio no pasa jamás inadvertido, es «una conmemoración institucional. Hay desfiles militares, actos, ceremonias alrededor de la fecha».
También el pueblo venezolano «lo lleva como una fiesta. Por muchos años esa fiesta popular se secuestró por una celebración tradicional, pero desde que el Comandante Chávez inició la Revolución, la historia cobra una vida cotidiana, la independencia la vemos como un logro actual, no como algo del pasado».
Y es que «recordar esta fecha es tener presente el valor de la identidad venezolana. Más allá de esa ruptura con la colonia, es recordar nuestra humanidad y nuestro sentido nacional».
(PA - Granma)