BOGOTÁ.—Humberto de la Calle, jefe de la delegación de paz del gobierno colombiano, aseguró ayer que la reciente reunión en La Haba­na entre los máximos líderes de las Fuerzas Armadas Revolu­cionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Ejército de Libera­ción Nacional (ELN) estuvo motivada por la necesidad de lograr un final integral al conflicto colombiano.

La incorporación del ELN al proceso pacificador se corresponde con los intereses de la sociedad, insistió el representante gubernamental en las pláticas con las FARC-EP, otro de los movimientos involucrados en la conflagración, refiere PL.

De la Calle ratificó que en la condición de jefe de Estado y en uso de sus facultades, el presidente Juan Manuel Santos facilitó tal cita entre Timoleón Jiménez, jefe de las FARC-EP, y Nicolás Rodríguez, por el ELN, con la cooperación de los países garantes y acompañantes de los diálogos a favor de la distensión.

Adicionalmente aclaró que ninguno de ellos participó en la mesa de concertación, instalada desde el 2012 en Cuba.

La explicación detallada al ELN de los avances de las conversaciones con las FARC-EP estuvo animada por el propósito de conseguir la terminación total de la confrontación, manifestó el exvicepresidente.

Dicho encuentro —precisó— aconteció bajo condiciones limitadas de tiempo y contenido y propició igualmente la realización de consultas entre la dirigencia de las FARC-EP y sus voceros en La Ha­bana.

Santos también ofreció detalles preliminares de la conversación entre Timoleón Jiménez y Nicolás Rodríguez, y enfatizó que todas sus acciones para acabar la guerra interna han estado y estarán amparadas por la constitución y las leyes que juró cumplir al asumir su mandato.

Mi obligación es buscar la paz como valor supremo para todos los ciudadanos y no voy a claudicar en ese empeño, subrayó el ocupante de la Casa de Nariño.

Paralelamente a las pláticas con las FARC-EP, el Ejecutivo proyecta iniciar diálogos formales con el ELN, luego de definir el cronograma y la agenda necesarios.

Prolongada durante más de me­dio siglo, la confrontación bélica ha causado la muerte a más de 230 000 personas.

Tomado de Granma