Por Agustín Palermo (*)
El Comandante Che Guevara no descansa en paz, sino que sigue fustigando a sus enemigos de siempre y alentando a quienes como él luchan por un mundo distinto. A cincuenta años de su asesinato, vuelve como revolucionario triunfante, convertido en mito y héroe continental. Odios y esperanzas se agolpan a sus pies.
De las escasas imágenes épicas que sobreviven a este siglo XXI… el Che, él es la personificación del mito y de la utopía, y de cuya memoria ningún movimiento social que se llame revolucionario, puede prescindir.