Por Pedro Santander Molina
Son muchos los mensajes detrás de la cacería y detención de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres. La entrada de la policía a una embajada para apresar a un perseguido con asilo político concedido, el arresto de un asilado en vivo y en directo, frente los ojos y las cámaras del mundo, es algo que ni la dictadura de Pinochet se atrevió a hacer. Que el Reino Unido, a pedido de Trump, lo haga rompe los principios jurídicos internacionales básicos.