Antonio Guiteras, algo más que un hombre guapo

Después del fracaso de la huelga de marzo de 1935, Antonio Guiteras comprendió que para desencadenar la insurrección popular armada era necesario crear un foco guerrillero en las montañas orientales. Para ello proyectó un viaje a México, donde pensaba organizar una expedición para cumplir ese objetivo.
El 8 de mayo de 1935 el yate que debía venir a buscarlo a El Morrillo, un viejo fortín ubicado en la provincia de Matanzas, se había retrasado. Ya amanecía cuando el ejército, alertado por un traidor, cercó el lugar. Tony y sus compañeros se dispusieron a tiro limpio a burlar el cerco, pero en vez de enrumbar en dirección contraria al río Canímar, el grupo donde marchaba escogió un trillo que conducía hacia la corriente de agua.
La soldadesca batistiana los avistó enseguida. Uno de los revolucionarios se dispuso a cubrir la retirada de sus compañeros pero ya el cerco se había estrechado. Se atrincheraron en una cerca de piedras, cerca de un jagüey.
Entonces en el lugar abundaban los almácigos, caobillas, bejucos y zarzales. Cuentan que el internacionalista venezolano Carlos Aponte, quien estaba a su lado, le dijo a Guiteras: “Compay, antes de rendirse, nos morimos”. Este contestó simplemente: “Nos morimos”. Casi inmediatamente una bala le destrozó el corazón. Aponte siguió disparando mientras se desplazaba a varios metros de allí. Un disparo impactó en su cuerpo y le hizo caer de rodillas. Otro acabó con su vida.
PEQUEÑA BIOGRAFÍA
Antonio Guiteras Holmes nació el 22 de noviembre de 1906 en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos. A principios de 1913, la familia se trasladó a Cuba.
Cursó estudios de Farmacia en la Universidad de La Habana. Integró el Directorio Estudiantil Universitario de 1927. Tras graduarse, enfrentó a la tiranía machadista mediante la lucha armada, línea que no abandonaría más. Al ser derrocado el sátrapa y establecerse el Gobierno de los 100 días, asumió el cargo de ministro de Gobernación.
Propuestas por él, se promulgaron entre otras leyes la jornada laboral de ocho horas, la rebaja de las tarifas eléctricas y de gas (servicios públicos que eran propiedad yanki). Suspendió los desahucios, estableció la sindicalización libre y el jornal mínimo, instituyó un sistema de seguridad social y se le concedió el voto a la mujer.
Sobre su quehacer como ministro se cuentan muchas anécdotas. Según testimonio del combatiente Luis Buch, en el central Australia los obreros arriaron la bandera norteamericana. El jefe de la Guardia Rural le pidió a Tony Guiteras autorización para desalojarlos. El ministro pidió hablar con el segundo al mando. “Desarme al jefe del puesto y garantice la toma del central por los obreros”, ordenó.
La compañía yanki de electricidad no cumplía lo prometido a los trabajadores y estalló la huelga. La Habana quedó a oscuras. Guiteras intentó mediar, pero cuando comprendió que la patronal no abogaba por solución alguna, dijo: “Sigan ustedes discutiendo, que yo voy a dar agua y luz al pueblo”. Y decretó la intervención de la empresa.
NUEVAMENTE CLANDESTINO
El 15 de enero de 1934, Fulgencio Batista, con el apoyo de Estados Unidos, perpetró un golpe de Estado que derrocó al Gobierno de los 100 días. Se iniciaba así el tenebroso régimen de la triada Caffery-Batista-Mendieta, el sargento golpista devenido coronel, el embajador yanki, el presidente títere de los dos anteriores. Cuando a Guiteras le preguntaron qué iba a hacer, respondió simplemente: “Comenzar de nuevo, ahora mismo”.
Sumido en la clandestinidad, a finales de mayo de 1934, fundó La Joven Cuba para combatir mediante la lucha armada al régimen imperante. Al publicar el programa de esta organización, Guiteras precisó que su objetivo, una vez tomado el poder, era estructurar el Estado cubano conforme a los postulados del socialismo.
Suscribía “como esencial el credo antimperialista, a cuya luz se desenvolverá una política exterior e interior genuinamente cubana” y como principales objetivos económicos, la nacionalización de las riquezas del subsuelo y de los servicios públicos, la reforma agraria y la institución de una Banca Nacional. En lo social, se declaraba la igualdad civil, económica y política de la mujer, con los mismos derechos electorales activos y pasivos que el hombre. En lo educacional, la lucha contra el analfabetismo, la creación de ciudades escolares en todo el país y la institución de becas para los hijos de los trabajadores.
Tomado de Granma